Un objetivo fundamental: vigilar las especies amenazadas

Durante su reunión inaugural, en 1948, la UICN declaró que el rescate de especies amenazadas era uno de sus objetivos fundamentales y empezó a crear instrumentos para supervisar el estado de las plantas y animales de todo el mundo.

Arabian Oryx Photo: Sharon Mollerus (CC BY 2.0)

Desde la década de 1930, el Comité norteamericano para la protección de la vida silvestre internacional empezó a reunir información sobre especies raras y amenazadas. A principios de la década de 1940, el Comité publicó sus dos primeros inventarios, dedicados a los mamíferos en peligro de extinción, y tenía en preparación un volumen sobre las aves. El enfoque en aves y mamíferos se explica fácilmente teniendo en cuenta los antecedentes de los líderes conservacionistas de la época. La gran mayoría de las incipientes redes de protección de la naturaleza estaban compuestas por deportistas, coleccionistas de museos y avicultores, lo que tuvo gran influencia en sus intereses iniciales.

Al principio, el trabajo de la UICN se mantuvo acorde con esta tradición inicial. En 1949, durante la primera Conferencia Técnica Internacional sobre Protección de la Naturaleza, realizada en el Lago Success, se presentaron dos listas: una de 14 mamíferos y otra de 13 aves, que eran consideradas las principales preocupaciones. La misma conferencia fue testigo de la creación de la Oficina Internacional para la Supervivencia, conocida ahora como la Comisión de Supervivencia de Especies (CSE) de la UICN. Se asignó a esta oficina la tarea de actualizar los grupos de datos existentes antes de la guerra, y crear misiones para estudiar las especies amenazadas en cuestión. Estas iniciativas se centraban principalmente en especies “carismáticas” de vida silvestre, tales como el oryx de Arabia y el león asiático.

En la década de 1960, la CSE amplió considerablemente sus actividades. Durante la Asamblea General de la UICN en Nairobi, en 1961, el liderazgo de la Comisión pasó a manos del pintor, estrella de la televisión y cofundador del WWF, Peter Scott. Bajo su dirección se crearon varios grupos de especialistas en especies amenazadas, más allá de aves y mamíferos. Scott inició la recopilación de las Listas Rojas y Libros Rojos de Datos de la UICN, para completar un inventario de la situación de los animales – y posteriormente las plantas – del mundo entero. Estos libros documentaban las cifras de población, causas del deterioro, distribución geográfica, y potencial de reproducción en cautiverio.

Originalmente, los Libros Rojos de Datos eran hojas de papel guardadas en folders, disponibles únicamente para el personal de la UICN. Posteriormente, se decidió que la información también debía ser publicada en forma de libros y ponerse a disposición del público en general, para ser utilizada como guía para definir el trabajo de conservación en el campo. Los dos primeros Libros Rojos de Datos se presentaron durante la Asamblea General de la UICN en Lucerna, en 1966.

En Lucerna, la CSE abordó no sólo la protección de animales en la naturaleza, también trató la cría en cautiverio de especies amenazadas. En ese momento, expresó su ambición de convertirse en coordinadora mundial de dicha actividad. Inspirada en las prácticas habituales de cría de animales, la CSE recomendaba el uso de registros genealógicos de animales silvestres raros, con el objetivo principal de mantener una perspectiva general de su demografía y diversidad genética. Se creó un Comité de Enlace Zoológico, para supervisar estos registros genealógicos y preparar reglas y procedimientos. Estos registros genealógicos aún se mantienen bajo el auspicio de la CSE, en colaboración con la Asociación Mundial de Zoológicos y Acuarios (WAZA).

Con las Listas Rojas, los Libros Rojos de Datos y los registros genealógicos, la UICN disponía de las principales “tecnologías en papel” para la conservación de especies. Todos estos datos se mantienen actualizados hasta el día de hoy, y sirven como puntos de referencia mundiales. Durante los últimos 50 años, el número de especialistas, organizaciones colaboradoras, y consultores que se han unido a la red de la CSE ha seguido aumentando continuamente, lo mismo que el número de sus grupos y subcomités de especialistas. Esto no quiere decir que nunca han enfrentado retos importantes. Problemas de dinero y conflictos de intereses (tales como la conservación para el desarrollo y la preservación de ecosistemas) han ejercido presión sobre los proyectos de supervisión de la CSE en diversas ocasiones.

A partir de la década de 1980, tanto las Listas Rojas como los registros genealógicos fueron subdivididos por región y subespecialidad cuando fueron digitalizados. El objetivo original de supervisar y documentar los datos sobre especies raras y amenazadas ha sido complementado con planes de acción y planes de gestión de la evaluación de la conservación.

Después de haber evaluado más de 76.000 especies para la Lista Roja de la UICN, y mantener más de 1500 registros genealógicos en zoológicos, se puede decir que la UICN funciona como contable de los datos mundiales sobre especies amenazadas.

 

Raf De Bont

Universidad de Maastricht, Departamento de Historia

Nature’s diplomats: Ecological experts and the conservation policy of international organizations (1920-2000)

 

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