Soluciones creativas para el desperdicio de comida

 “Se nos presentó una oportunidad para pensar en grande y crear un modelo replicable”, dice Jennifer Milholen, Presidente de Styrophobia, la organización sin fines de lucro que dirige un nuevo proyecto pionero de compostaje de alimentos en Oʻahu.

Soil compost Photo: USDA NRCS (CC BY 2.0)

Los sobros de comida y otros desechos alimenticios son preocupaciones importantes en todas partes del mundo. Incrementan la demanda de recursos escasos, aumentan los precios de la comida, y su eliminación genera muchos problemas. La UICN está trabajando con empresas y organizaciones locales en Hawaiʻi para reducir los sobros de las comidas y otros desechos alimenticios durante el Congreso de la UICN, y para encontrar nuevas formas de minimizar los problemas relacionados con su eliminación, creando incluso beneficios locales.

La UICN espera que su Congreso sea el primero en contribuir a un innovador proyecto piloto en Oʻahu que busca canalizar hacia el compostaje los alimentos procedentes de empresas de servicios gastronómicos (catering) y así convertirlos en abono para enriquecer los suelos de fincas de la isla.

La idea es sencilla: recolectar los desechos de cocina y los sobros de comidas producidos en el Centro de Convenciones Hawai’i (HCC) durante el Congreso de la UICN, remplazar los cubiertos y utensilios biodegradables por versiones convertibles en compost, y utilizarlos como abono para los suelos de fincas locales.

“Los agricultores locales son una excelente opción, pues qué mejor forma de crear un ciclo cerrado que servir comida local, crear abono local, y mejorar los suelos locales para producir comida local”, dice Jennifer Milholen de Styrophobia, la organización sin fines de lucro que dirige el proyecto.

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Hawai‘i paga los precios más altos por comida en los Estados Unidos, pero al igual que muchos otros sitios, desecha buena parte de lo que compra. Hawai’i desecha 237.000 toneladas métricas de comida al año, por un costo de más de 1 billón de dólares EUA. Si bien buena parte de esta comida podría ser convertida en abono, muy a menudo viene mezclada con recipientes plásticos de un solo uso, así como platos y cubiertos, lo que hace que el compostaje resulte muy caro, sino imposible.

Poner en práctica esta idea ha sido difícil, Friends with Farms (amigos con fincas), una cooperativa de agricultores de Oʻahu, estaba dispuesta a ampliar sus operaciones existentes de compostaje, pero las fincas no pueden producir legalmente compost a partir de desechos alimenticios generados fuera del sitio, a menos que cuenten con una autorización del Departamento de Salud de Hawai’i. Dado que el modelo demostrativo de Styrophobia es nuevo en Hawaiʻi, Milholen tuvo que desarrollar los pasos necesarios para el proceso de autorización, En este momento, el departamento está procesando los permisos.

“Queremos poder documentar en su totalidad el proyecto piloto, para poder crear un modelo que sirva a otros”, explica Milholen.

El HCC ya canaliza los desechos alimenticios de sus cocinas y sus huéspedes para que sean convertidos en alimento para animales, y está reforzando sus sistemas para este proyecto piloto, desde la recolección y almacenamiento hasta la redistribución.

“Estamos encantados de trabajar en esta iniciativa”, dice Jennifer Nakayama, Directora de Operaciones del HCC. “Siempre nos esforzamos por mejorar nuestro compromiso con las prácticas sostenibles, y aprovecharemos esta oportunidad para aprender cómo podemos llevar a la práctica programas similares en el futuro”.

Los participantes en el Congreso de la UICN son claves para el éxito del plan piloto. Tendrán que separar la comida de todos los desperdicios que no pueden ser convertidos en compost. Para facilitar este proceso, la UICN está trabajando con el HCC para que los servicios de comidas durante el Congreso no utilicen plástico, y proporcionará educación, señalización clara, y voluntarios colocados junto a los contenedores de recolección de comidas para ayudar en el proceso.

Si este proyecto piloto impulsa otros proyectos en Hawaiʻi, podría ser un gran adelanto para el estado insular.

“Se nos presentó una oportunidad para pensar en grande y crear un modelo replicable”, dice Milholen. “Estamos utilizamos como recurso algo que podía haber sido simplemente basura o desechos animales, reciclándolos para convertirlos en fertilizantes producidos localmente. Esperamos que este sea un gran paso adelante para los modelos de compostaje en todas las islas”.

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