Conocimientos tradicionales para los obstáculos actuales

 “Hōkūleʻa y su tripulación han estado surcando el océano para mostrar al mundo que los viejos conocimientos pueden ser renovados, y que el conocimiento ecológico tradicional es clave para resolver los mayores problemas del presente”, dice Nainoa Thompson, presidente de la Sociedad de Viajeros de Polinesia.

 

Nainoa Thompson, President of the Polynesian Voyaging Society Photo: Polynesian Voyaging Society / ʻŌiwi TV / Sam Kapoi

Cientos de años antes de que otros se atrevieran a navegar más allá de las costas, la mayor extensión del océano – el Pacífico – ya había sido explorada y ocupada por polinesios desde la cubierta de sus canoas viajeras. Esto navegantes y viajeros de antaño convirtieron 10 millones de millas cuadradas de mar abierto en una carretera que conectaba entre sí el más grande de los países de la Isla Tierra. Nosotros – los habitantes actuales de Hawai’i, tanto visitantes como nativos – plantamos nuestros pies en las mismas arenas que aquellos grandes exploradores, y sentimos como el océano envuelve nuestros tobillos cuando vemos el sol que se levanta y se acuesta en el mar, igual que hacían ellos.

También somos testigos de una pérdida y degradación de nuestro medio ambiente y nuestra cultura que ellos jamás experimentaron.

Nuestra herencia de exploradores data de hace miles de años, hasta las mayores hazañas de exploración en la historia de la humanidad; pero a lo largo de cientos de años de nuestro pasado más reciente, el arte y la ciencia de la exploración y los viajes por altamar empezaron a experimentar un fenómeno de extinción local. En 1976, nuestra canoa viajera Hōkūleʻa se convirtió en la primera canoa viajera polinesia de altamar construida desde hacía más de 600 años, para revivir el arte y la ciencia de la navegación astronómica y de los viajes por altamar. Hōkūleʻa y su tripulación han estado surcando el océano durante más de 40 años, siguiendo las huellas de nuestros ancestros, comprometidos a enseñarle al mundo que los viejos conocimientos pueden ser renovados, y que el conocimiento ecológico tradicional es la clave para resolver algunos de los problemas más graves de nuestra Tierra.

Hōkūleʻa nació de una situación de malestar y controversia para los pueblos hawaianos y del Pacífico, una época en que la mayor parte del mundo empezaba a sentir la dolorosa comprensión de que habíamos llevado a nuestro planeta por una ruta insostenible y destructiva para nuestras aguas, nuestras tierras y nuestros pueblos. Cuarenta años más tarde, el despertar continúa – pueblos de todas partes del mundo se esfuerzan por tratar de encontrar soluciones relacionadas con nuestros océanos y el agua, nuestras tierras y el aire, nuestra gente, nuestra historia, y nuestro futuro.

Los límites de nuestras tierras y mares están más claros que nunca. Aprender de la naturaleza es más importante ahora de lo que podíamos haber imaginado, y nuestro viaje alrededor del mundo Mālama Honua – el viaje para cuidar nuestra Isla Tierra – lleva a Hōkūleʻa alrededor del mundo para encontrar y compartir historias de esperanza para nuestro océano, la Tierra, y las comunidades. Lo que hemos descubierto después de visitar 14 países y 70 puertos a lo largo de 26.000 millas náuticas, es que, frente al cambio climático, la contaminación del océano, y la disminución de recursos, la humanidad ha respondido con valor, liderazgo, visión, y fuerza.

Realmente somos un “planeta en la encrucijada”. La próxima convocatoria del Congreso Mundial de la Naturaleza de la UICN en Hawai’i marca un punto de inflexión en nuestra historia colectiva, en el que podemos reunirnos como habitantes de este planeta para compartir y aprender sobre los esfuerzos inspiradores de comunidades que trabajan para proteger nuestro mundo para las futuras generaciones.

Vivir como isleños nos enseña que nuestro mundo natural es un regalo con límites, que cuidar de este regalo es esencial si queremos vencer los retos ambientales y sociales que enfrentamos. Lo que está sucediendo con el clima, la ecología, y la química del océano también nos está sucediendo a todos nosotros, pero en todas partes hay historias de acción, soluciones, esperanza, y liderazgo. Me produce mucha esperanza que el Congreso Mundial de la Naturaleza vaya a realizarse en Hawai’i en setiembre, y saber que personas de todas partes del mundo se reunirán para crear soluciones para nuestra Isla Tierra. Todos nosotros podemos compartir estas historias y convertirnos en mensajeros de la esperanza.

– Nainoa Thompson, presidente de la Sociedad de Viajeros de Polinesia

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