Un llamado por más diálogo y esfuerzos conjuntos

 “Tenemos que cambiar realmente la relación entre pueblos indígenas y gobiernos para aumentar las acciones conjuntas para la conservación. Hace falta mucha apertura y voluntad política de parte de los gobiernos”, dice Myrna Cunningham, expresidente del Foro Permanente de las Naciones Unidas sobre Asuntos Indígenas (UNPFII).

Myrna Cunningham, former Chairperson of the United Nations Permanent Forum on Indigenous Issues (UNPFII). Photo: Myrna Cunningham

Pregunta: Myrna, usted fue Madrina del Congreso Mundial de Parques Nacionales 2014 de la UICN, en representación de los temas relacionados con los pueblos indígenas ¿Cuáles cree usted que son los principales desafíos para las áreas protegidas y para los pueblos indígenas que viven en ellas o a su alrededor?

Respuesta: Un desafío muy importante es el rumbo y las prioridades actuales de los países. Los objetivos de crear y mantener áreas protegidas en muchas oportunidades se encuentran en conflicto directo con los intereses predominantes de desarrollo económico de los países. El aumento gigantesco en las concesiones otorgadas a industrias extractivas, la expansión de los monocultivos, y otras actividades como éstas, son prioritarias en la mayoría de los países, sobre todo en el mundo en desarrollo, y se ven acentuadas en las crisis económicas. Al mismo tiempo, muchos pueblos indígenas también están interesados en el desarrollo social y económico de sus comunidades. No quiero decir que las áreas protegidas no sean importantes – al contrario, son más importantes que nunca – pero este es un buen momento para reflexionar sobre las estrategias de las áreas protegidas y buscar formas para hacerlas viables y eficaces. El simple hecho de pedir continuamente la ampliación de las áreas protegidas y otras metas más ambiciosas bajo un paradigma convencional no va a cambiar las cosas. Lo que obtendremos son más áreas protegidas creadas únicamente para satisfacer la agenda de las organizaciones conservacionistas y que no tienen una gestión adecuada. Se necesita un análisis realista de la voluntad política de los gobiernos en relación con las áreas protegidas.

 

Pregunta: ¿Cómo se sienten en ese contexto los pueblos indígenas?

Respuesta: Muchas organizaciones de pueblos indígenas han venido expresando desde hace algún tiempo su preocupación de que los gobiernos no los escuchan, y que cuando establecen áreas protegidas en sus tierras, no piensan en el punto de vista de los indígenas, sus sentimientos, valores e intereses. De manera que es difícil esperar que los pueblos indígenas apoyen las áreas protegidas si no sienten hacia ellas un sentido de propiedad, y no se identifican con un concepto que perciben como una amenaza a sus derechos y sus opiniones.

En muchos casos, los pueblos indígenas sí desean una conservación efectiva de la naturaleza en sus tierras y territorios. En América Latina se han dado muchas expresiones de este interés, pero necesitan que los gobiernos les aclaren su propia situación ante asuntos como la seguridad de la tenencia de la tierra en sus territorios, el respeto y el apoyo para sus propias propuestas de desarrollo. Pero incluso en América Latina, donde hemos logrado grandes adelantos para fortalecer los derechos legales indígenas, no vemos de parte de los gobiernos tantas buenas prácticas como haría falta para cambiar realmente la relación entre pueblos indígenas y gobiernos y poder aumentar las acciones conjuntas. Yo creo que hay muchas oportunidades para promover una agenda de áreas protegidas incluyente para los pueblos indígenas, pero se necesita mucho mayor apertura y voluntad política.

 

Pregunta: Usted mencionó los dilemas del desarrollo económico contra la conservación en la realidad actual de los países en desarrollo, y cómo éstos afectan tanto las áreas protegidas como las tierras y recursos de los pueblos indígenas. ¿Cuáles otros factores son importantes para abordar estos dilemas, en su opinión?

Respuesta: Yo pienso que un problema muy serio es el sector empresarial. Nos encontramos ante una situación en que los intereses gubernamentales para el desarrollo económico se ven exacerbados por la influencia del sector empresarial, ávido de obtener provecho del desarrollo, que no se preocupa por proponer enfoques más sensibles e incluyentes, y no logra comprender el significado del bien común. A veces, los gobiernos pueden estar dispuestos a escuchar las propuestas de los pueblos indígenas, pero los intereses del sector empresarial son más poderosos y dificultan su ejecución.

 

Pregunta: La UICN ha estado trabajando para integrar mejor los problemas de los pueblos indígenas en los procesos de Patrimonio Mundial. ¿Qué cree usted que puede hacerse para influenciar a la Convención de Patrimonio Mundial para que sea más incluyente con los asuntos indígenas?

Respuesta: Es necesario dar seguimiento a los esfuerzos para que los “antiguos” instrumentos internacionales – aquellos que fueron adoptados antes de haber desarrollado los instrumentos relacionados con derechos humanos e indígenas – estén de acuerdo con los desarrollos actuales en varios ámbitos, incluyendo derechos humanos e indígenas. Es necesario lograr una mayor coherencia política dentro del sistema de las Naciones Unidas. Los miembros del UNPFII podrían participar más activamente en los organismos de la Convención y aconsejarlos en este sentido. A nivel nacional, necesitamos mecanismos que garanticen la inclusión, tales como el Consentimiento Previo Libre e Informado (FPIC) en los procesos de Patrimonio Mundial. Me parece obvio que, si las tierras natales de los pueblos indígenas van a ser integradas en sitios de Patrimonio Mundial, el proceso tiene que incluirlos, no ignorarlos ni oponerse a ellos. El éxito de la conservación en esos sitios depende del nivel de apropiación de los pueblos indígenas en relación con su nombramiento y gestión. Los gobiernos tienen que actuar en forma consistente en términos de políticas, no con voces diferentes para los distintos procesos políticos.

 

Pregunta: La UICN realizó un estudio en la Reserva Biológica Miskitu (de los Cayos Miskitos) en el año 2000 cuando publicó sus Principios y lineamientos sobre pueblos indígenas y áreas protegidas. ¿Qué ha pasado desde entonces, y ha sido posible replicar en Nicaragua este ejemplo de gestión conjunta con pueblos indígenas?

Respuesta: Mi tierra natal en el Río Wangki se encuentra justo frente a la Reserva Biológica de los Cayos Miskitos, un área marina e insular muy valiosa que está bajo gestión conjunta entre el gobierno y el pueblo Miskitu. El sistema de gobernanza Miskitu, que es parte del sistema de gobierno Regional Autónomo establecido en Nicaragua en la década de 1990, todavía está activo para la gestión del área.

Muchas cosas han cambiado en relación con la gestión conjunta de tierras indígenas en las áreas protegidas de Nicaragua. Las áreas y territorios indígenas ahora son formalmente reconocidas y el país ha establecido regiones autónomas, con un alto grado de descentralización. Nosotros vivimos en una de esas regiones, donde la gestión conjunta y la autogestión de los pueblos indígenas son fundamentales. Existe un mandato constitucional para esto, y las reformas legales e institucionales son decisivas para apoyar la gobernanza indígena. También contamos con representantes indígenas en las comisiones nacionales de áreas protegidas, y a nivel local esto ha ayudado a fortalecer las instituciones indígenas.

 

Pregunta: El Congreso de Parques incluyó una corriente dedicada a la juventud, y se mencionaron numerosos ejemplos de jóvenes indígenas dedicados a la gestión de sus territorios. A pesar de esto, se escucharon preocupaciones en relación con los cambios culturales que los están afectando. ¿Qué piensa usted de esto?

Respuesta: Es fundamental poner más atención a la juventud indígena para alcanzar la conservación de las tierras y recursos indígenas en el largo plazo. Estamos siendo testigos de una pérdida de identidad cultural entre los jóvenes, y hemos escuchado muchas inquietudes al respecto. Esta pérdida de identidad cultural sucede principalmente debido a una ruptura en el diálogo intergeneracional. Los jóvenes indígenas, al igual que otros grupos de jóvenes en el mundo, están sometidos a un rápido cambio cultural y expuestos a nuevas realidades. Mantener su identidad indígena no debería ir en contra de su deseo de formar parte de un mundo moderno.

Para mantener los valores culturales, es fundamental proteger las lenguas indígenas – necesitamos políticas públicas que apoyen las lenguas indígenas y su uso entre la gente joven. Necesitamos más inversiones en programas para jóvenes indígenas en muchos campos, incluyendo la conservación de la naturaleza. Estamos siendo testigos de un éxodo rural en que los jóvenes se ven atraídos hacia las ciudades. Tenemos que ayudarles a reconectarse con la naturaleza. Hay algunas tendencias interesantes al respecto que deberíamos apoyar; por ejemplo, algunos grupos juveniles indígenas están volviendo a conectarse con la naturaleza a través del arte y de nuevas expresiones culturales, en formas que son divertidas e interesantes para ellos. Los jóvenes indígenas también están participando en patrullajes de las tierras indígenas. Tenemos que buscar formas creativas de apoyar a estos jóvenes y generar incentivos para mantenerlos conectados a la tierra.

 

Los pueblos indígenas, con sus conocimientos, experiencias, derechos e intereses, son socios claves para la conservación y la búsqueda de un futuro más sostenible para todos. Unas 100 sesiones del Congreso 2016 de la UICN tienen que ver con asuntos de los pueblos indígenas, poniendo de manifiesto la importancia de esta alianza.

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