Estar juntos: compartiendo el arte de la acuicultura hawaiana tradicional

En el marco de la reunión E Alu Pū de Hawái, representantes de pueblos indígenas y comunidades del mundo entero fueron invitados a compartir la experiencia de restauración de un estanque acuícola hawaiano tradicional, antes de la apertura del Congreso Mundial de la Naturaleza. Miriam Anne Frank y Helena Clavero Sousa de la Unidad de Políticas Sociales de la UICN relatan sus impresiones de este evento excepcional. 

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La reunión comunitaria global E Alu Pū, organizada y convocada por Kua’ Āina Ulu ‘Auamo (KUA), se inició el 28 de agosto en un campamento en el Centro Infantil Reina Liliuokalani, en Hale’iwa, en la isla de O’ahu. E Alu Pū significa: “avanzar juntos” y es una red de hawaianos nativos – “Kanaka Maoli” – convencidos de que el fomento de la vida comunitaria es a la vez una responsabilidad y un privilegio. Trabajan reuniéndose para aprender los unos de los otros cómo cuidar de forma óptima sus tierras.

Era la primera vez que acudían participantes internacionales a la reunión global E Alu Pū: dirigentes indígenas y comunitarios, profesionales, investigadores y defensores de las comunidades de más de 30 países. Algunos venían de lugares tan remotos como Madagascar y las islas de Nueva Irlanda en Papúa Nueva Guinea. El objeto de la reunión era aprender los unos de los otros antes del Congreso Mundial de la Naturaleza, con el fin de potenciar sus propias acciones y cuidar mejor sus tierras y sus aguas. Muchos de los participantes estaban vinculados por geografías comunes, otros por culturas afines, pero la mayoría compartían  el hecho de obrar a nivel comunitario para cuidar sus paisajes terrestres y marinos. 

“Organizamos esta reunión para iniciar una conversación con gente de otros lugares para promover la misión de KUA, brindando un espacio seguro para la gente que actúa. Uno de los temas que surgen de esta reunión es que es hora de pasar a la acción; ya basta de palabras. Estamos aquí y aquí nos quedaremos,” dijo Makaala Kaaumoana, fundadora y miembro del Consejo de KUA. 

El segundo día de la reunión, se invitó a los participantes a sumarse por la mañana a una operación de restauración de estanques acuícolas. Los hawaianos nativos practican una forma muy especial de acuicultura, creando estanques en los sectores poco profundos de la parte plana de un arrecife. Se construye una pared baja de piedra de lava que separa el estanque del mar. El estanque está ideado para contener varias especies de peces comestibles, facilitando así la captura.

El grupo se reunió en la mañana lluviosa y brumosa, trabajando hombro con hombro con la gente local. Aprendieron a mover las rocas más pesadas trabajando en equipo, pasándolas de mano en mano para formar una pila al final. Los participantes se asombraron al observar que, juntos, podían mover rápidamente rocas que no hubiesen siquiera imaginado mover solos.

“Cuando vuelva a nuestras islas les diré a nuestras comunidades que no están solas, que el mundo está dispuesto a ayudarnos.” - John Aini, lider indígena  


El grupo pasó luego a los estanques, donde se formaron grupos más pequeños, a los que se enseñó a construir “casas” para los peces. Estas se construyeron disponiendo las piedras de lava en círculos, con la base en el agua, apiladas de tal manera que las crías pudiesen escapar si entrasen aves o depredadores en el estanque. Por último, se colocaron entre estos espacios guirnaldas de algas confeccionadas la noche anterior para alimentar a las crías y guiarlas a sus nuevas “casas”.

Durante toda la reunión, los hawaianos se encargaron de animar al grupo e invitaron a todos a sumarse a los cantos. Al compartir esta experiencia, los participantes percibieron directamente el carácter verdaderamente colectivo y comunitario que representa la restauración de estos estanques acuícolas, teniendo este más de 600 años de antigüedad.

“Es el espíritu de unión. Aliviaría nuestra carga si pudiésemos estar juntos así en nuestra búsqueda de sostenibilidad,” dijo John Aini, de la organización comunitaria Ailan Awareness de Papúa Nueva Guinea. Su organización ayuda a reunir comunidades de Nueva Irlanda en torno a su trabajo, para poder transmitir lo que tienen ahora a las futuras generaciones. “Cuando vuelva a nuestras islas les diré a nuestras comunidades que no están solas, que el mundo está dispuesto a ayudarnos.”

Al finalizar el evento, cuando los participantes regresaron a Honolulú para prepararse para la apertura del Congreso Mundial de la Naturaleza, se sintieron llenos de renovada energía, gracias al fuerte sentido comunitario vivido en esos días.

La participación de representantes de comunidades y pueblos indígenas en la reunión y en el Congreso de la UICN fue posible gracias al apoyo del Fondo Christensen y la Fundación Benéfica Helmsley. 

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